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Drone en el Estadio Santa Laura: un hecho que reabre el debate sobre seguridad aérea

Durante la Supercopa entre Universidad de Chile y Colo-Colo en el estadio Santa Laura, un drone con una pancarta alusiva al “fantasma de la B” ingresó al campo de juego y terminó cayendo cerca del arco defendido por Gabriel Castellón, quien lo retiró con una patada fuera de la cancha.

Más allá de lo anecdótico, este hecho pone en evidencia un aspecto clave: los riesgos asociados al vuelo de drones sobre multitudes. En escenarios como un estadio lleno, cualquier pérdida de control, interferencia o falla técnica puede traducirse en la caída del equipo sobre jugadores, árbitros o público. Incluso drones de pequeño tamaño poseen hélices capaces de provocar lesiones, y al portar pancartas u objetos adicionales, la estabilidad del vuelo se ve comprometida.

La normativa nacional (DAN 151) es clara respecto de este tipo de operaciones: en áreas con aglomeración de personas se requiere autorización expresa y condiciones que aseguren la seguridad operacional. Por lo tanto, la presencia de un drone no autorizado en un evento masivo no solo constituye un incumplimiento regulatorio, sino que también representa un riesgo real para la integridad de quienes se encuentran en el lugar.

En Revista Drone Chile resaltamos este episodio como un recordatorio de la importancia de una operación responsable y regulada de drones. La tecnología tiene un enorme potencial y puede aportar valor en múltiples ámbitos, pero su uso indebido en contextos de alta concurrencia expone tanto a las personas como a la credibilidad de toda la industria.

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